miércoles, 25 de abril de 2012

Amor y pedagogía

Los niños teledirigidos de El pueblo de los malditos

En su nivola Amor y pedagogía, Miguel de Unamuno se centraba en la historia de un erudito obsesionado por los progresos de la ciencia y la pedagogía, que decide tener un hijo para diseñarlo a través de la educación, y convertirlo así en un genio.

Es difícil que los padres ingleses hayan leído esta novela de Unamuno, pero por las peticiones que muchos de ellos les hacen a las bibliotecas de su país, así lo pareciera. Todo viene a cuento de la noticia según la cual, decenas de libros que se ofrecen en las bibliotecas a los niños han sido denunciados por muchos padres. Repasando los títulos se detecta un exceso de celo que roza la paranoia.

El dulce Babar acusado de racista
Así, las rimas de Roald Dahl son acusadas de groseras, Alí Babá y los 40 ladrones o El Cascanueces son demasiado siniestros. El tierno elefante Babar resulta ser racista por vivir una aventura en la que aparecen caníbales, Tintín en el Congo (que ya tuvo su ración de polémica) ha sido retirado de algunas bibliotecas, también por racista. Y otro elefante, en este caso Elmer de David McKee, no se salva porque aparecen elefantes negros y grises, y fomenta la desigualdad por ser más rico que el resto.

Más y más conejos: porno duro infantil
La pedrea se la lleva un cuento de Nicholas Allan sobre el señor y la señora conejo que no pueden dejar de tener hijos. Dicho título, aunque para muchos padres sea muy útil para explicar a los niños la concepción, ha sido retirado de la biblioteca de West Lothian por la queja de un único padre.

El cuento de las princesas lesbianas
Confiamos en no importar esta tendencia inglesa, pero también en la Regional contamos con incidentes (afortunadamente pocos) en este sentido. Como la petición de retirar el cuento Titiritesa, por abordar el lesbianismo al casarse dos princesas, o algún cómic en que una pareja se abraza en la cama.

Afortunadamente no cedimos, como tampoco hemos censurado los cuentos de Perrault, o los hermanos Grimm, Carlo Collodi o Lewis Carroll por resultar demasiado duros o inconvenientes para la esterilizada educación que pretenden algunos progenitores. 


2 comentarios:

Anónimo dijo...

No, por favor, no cedais nunca, yo hace tiempo decidí leer los cuentos que mis hijos traen de la biblioteca sólo depués de que ellos lo hayan hecho, para saber que leen sobre todo. Mil gracias por vuestro trabajo.

El blog de la BRMU dijo...

Pues muchísimas gracias, nos anima mucho lo que dices. El exceso de corrección política puede ser de lo más devastador. Muchas gracias de nuevo.